En el artículo anterior hemos meditado dos frases del Prefacio Vº de la Cuaresma:
Tú abres
a la iglesia el camino de un nuevo éxodo
a través
del desierto cuaresmal…
El párrafo completo dice así:
Tú abres
a la iglesia el camino de un nuevo éxodo
a través
del desierto cuaresmal,
para que
llegados a la montaña santa,
con el corazón
arrepentido y humillado,
reavivemos
nuestra vocación de pueblo de la alianza
convocado
para bendecir tu nombre,
escuchar
tu Palabra
y
experimentar con gozo tus maravillas.
Nos concentramos ahora en las frases que
se refieren a la “montaña santa” y a “nuestra vocación de pueblo de la alianza”.
Recordemos que Moisés pide al faraón permiso
para llevar al pueblo a rendir culto a Dios “en la montaña santa”. Se trata del
Horeb (o Sinaí), allí donde Dios habla muchas veces con Moisés, y por su intermedio
entrega los mandamientos al pueblo. Allí se celebraron sacrificios de expiación
y de comunión para sellar la Alianza con Dios, Creador y Salvador.
La montaña santa es, por tanto, símbolo
de encuentro con Dios, de Alianza, de unión, de escucha de la Palabra, de
profundidad en la comunicación de amor, etc.
Con toda razón el Pueblo de Dios es
llamado “pueblo de la alianza”, porque la “alianza” es el elemento más profundo
de su identidad.
Nosotros somos el Nuevo Pueblo de Dios,
participamos de la Nueva Alianza, la que fue sellada con la sangre de Cristo.
Por eso la Cuaresma es como un caminar hacia la “montaña santa”, lo que solo es
posible “con el corazón arrepentido y humillado”.
“Reavivemos nuestra vocación de pueblo de
la alianza”, porque fuimos convocados para
bendecir el nombre de Dios, escuchar su Palabra, y experimentar con gozo sus
maravillas.
La Cuaresma es un caminar a la montaña
santa, para renovar la Alianza con Dios celebrando su Pascua y nuestra Pascua.
Cristo Jesús es el nuevo Moisés. Cristo es también el verdadero Cordero de Dios
que quita los pecados del mundo.
La Vigilia pascual celebra todo eso; por
lo cual se convierte en la celebración más importante del año cristiano. ¡No
hay otra fiesta más grande e importante! ¡¡Preparemos, entonces, nuestra
participación de la Pascua de Jesucristo, nuestro Señor!!
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