San Blas era médico cuando fue elegido obispo de Sebaste, Armenia. Según la tradición habría nacido alrededor del año 250 más o menos y habría fallecido como mártir en el 316 en una de las tantas persecuciones. Es uno de los catorce santos auxiliadores.
Se cuenta que, camino al martirio, salvó a un niño que agonizaba por causa de una espina clavada en su garganta; razón por la cual se le invoca como protector de las enfermedades de garganta; además se le invocaba para pedir alivio en los dolores de dientes y para que aliviara las enfermedades de los animales.
Fiesta en honor de san Blas. Se celebra cada 3 de febrero. En esa fecha —en muchos lugares— se celebra la bendición de las gargantas, para la cual antes se bendicen dos velas; y sosteniéndola en forma de equis (X), cerca de la garganta de cada persona, el celebrante dice la siguiente oración:
Por intercesión de san Blas, obispo y mártir,
te libre Dios de todo mal de garganta
y de cualquier otro mal.Optativo: En el nombre del ☩ Padre, y del Hijo, y el Espíritu Santo.El fiel responde: Amén.
La bendición puede celebrarse al final de la misa, o como celebración de la Palabra.
Bendición de pan, vino, agua y frutos. En muchos lugares se conserva la piadosa costumbre de bendecir alimentos para sanar los males de garganta; generalmente pan, vino, agua, etc. Esta bendición que se encontraba en rituales antiguos, fue introducida en el Ritual Romano en 1883. En la actualidad la bendición de estos elementos se encuentra en el Bendicional, aunque no asociada a la fiesta de san Blas.
San Blas, ejemplo e intercesor. Lo más importante es que Blas conoció a Jesús en la oración diaria y en la meditación de las Sagradas Escrituras. Y todo lo que un médico de aquellos tiempos sabía lo puso al servicio de enfermos, tanto humanos como animales. Asumió ese carisma por amor a Jesús, atendiendo en cada enfermo al mismo Cristo. Y si vamos al encuentro de san Blas es porque confiamos en que intercede por nosotros ante Cristo Jesús, el Señor: para alcanzarnos la salud, no solo del cuerpo sino sobre todo la del corazón.
¡¡¡ San Blas, obispo y mártir, ruega por nosotros !!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario