martes, 19 de diciembre de 2023

El niño saltó de alegría


LA ALEGRÍA DE JUAN BAUTISTA

En los días de la Navidad, sobre todo en la Nochebuena, solemos usar expresiones como: Feliz Navidadque tengas mucha alegríaque tengas felicidad; y otras parecidas.

Y pareciera una obligación el estar alegre. Es como que la Navidad necesariamente tendría que ser alegre. Y si la alegría no brota espontánea ¡hasta se puede forzar un poco!, digamos...

Sin embargo, para muchos la Navidad no tiene nada de alegre... por lo que sea: problemas familiares, económicos, de salud, etc. De ahí también que se hable de la depresión de la Navidad. Pero más allá de eso, la consigna es ¡estar alegres!

¿Qué nos dice la Biblia? En ella no vamos a encontrar una frase que diga: "Cuando celebren Navidad tienen que estar todos alegres"; pero sí encontramos actitudes, palabras y frases que pueden iluminar la cuestión. Por ejemplo, el episodio de la Visitación.

En el evangelio de san Lucas (1,40-48) leemos: En aquellos días, María... Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno».

En el seno de su madre Isabel, Juan Bautista salta de alegría. ¿Por qué? ¿Por la visita? ¡Porque la visita era, nada más y nada menos, que de Dios: del Hijo hecho hombre en el seno de María

La Navidad está llamada a ser una celebración de alegría, alegre, no  solo por la gente que se junta, o por lo que se vaya a compartir, sino sobre todo por la presencia de Jesús ante nosotros, en nosotros. Por eso el centro de la Navidad es el Niño de Belén, Jesús -el Señor-. 

En nuestros hogares, ¿es Jesús el invitado principal? ¿Somos conscientes, y actuamos en consecuencia, de que la Navidad es una celebración de fe? Pensemos antes de la Navidad: ¿cómo debería ser la Navidad de un cristiano?

La alegría de la Navidad brota cuando recibimos a Jesús por la fe, nos reconciliamos con el Padre Dios por medio de él, y nos amamos como hermanos entre nosotros. ¡Amor de Dios en nosotros! Eso deja paz, gozo y alegría. 

Sin Jesús la Navidad pasa a ser un simulacro de celebración; sin reconciliación no hay alegría; sin fraternidad no hay paz.

Por eso, mientras se acerca la Navidad, hagamos el propósito de vivir una Navidad con Cristo.

San Juan Bautista, Isabel y Zacarías, intercedan por nosotros, para que nada nos distraiga del corazón de la conmemoración del nacimiento de Jesús. 

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